Una vez puestos a traspasar «la cuarta pared» ya no nos fue impedimento traspasar los límites provinciales castellonenses y tampoco los valencianos: el Grup de Teatre el Cresol llegó hasta el coqueto salón de actos del Centro Imaginalia de Alicante para estrenar «El médico a palos» de Molière. Un más que amable recibimiento y todas las facilidades del mundo hicieron que, desde el primer minuto, nos sintiéramos como en casa. Con una escenografía minimalista el peso de la función corrió a cargo de los actores los cuales utilizaron escenario y zona del público para representar e involucrar a todos ellos en la trama de esta comedia-farsa que no obstante estar datada en el siglo XVII podría, socialmente, firmarse (con las pertinentes actualizaciones) hoy.
Junto a la actuación de Vicent (actor-director), Ana Belén, Julio, Roberto, Sheila, Juanan, M.Carmen y Daniel, cabe remarcar el estreno de José Luis quien, no obstante estar dedicado y pendiente de la parte técnica, tuvo su debut sobre las tablas y acabó ¡»solfeado»de espalda! no obstante la buena intención de su personaje. ¡Como para pensarse su continuidad con semejante bautizo artístico!. Junto a todos nosotros y como apoyo indispensable Dori y su buena mano con los acabados estéticos.
La representación , que comenzó dada la víspera de San Valentín con la presentación por parte de un cándido y «bello» angelito con un asombroso parecido a Roberto, culminó con el aplauso unánime y agradecido y la sensación de haber ayudado a crear una hora y media de entretenimiento cultural y hasta pedagógico por el mensaje.
Con posterioridad nuestros hermanos del Centro tuvieron a bien montar en tiempo récord la infraestructura para degustar una estupenda cena fría en la que acercamos lazos y en la que, pese a lo fugaz del encuentro (por tener que volver nuevamente a nuestro Castellón esa noche) disfrutamos de la cercanía de gente tan especial. Y, a la hora de los postres, con la deceleración emocional y la apertura de mente que un buen ágape proporciona, asistimos encantados a un interesante relato de anécdotas que, a imagen y semejanza de aquello que se dice de Las Vegas: «lo que en el Centro Imaginalia se cuenta, en el Centro Imaginalia se queda». Un placer, amigos, de verdad.
Y ya de vuelta a casa (y tras la típica confusión de aquel / aquellos más duchos en artes interpretativas que en interpretación de mapas que casi nos lleva, como poco, a la Comunidad Murciana) todavía tuvimos tiempo de vivir la última anécdota pues nuestro «bautizado» artístico José Luis, al parecer henchido del espítitu de Apolo -por la fecha además de por su vis artística- protagonizó en la gasolinera de la autopista una última escena de tensión y conflicto entre vientos huracanados, mangueras, gritos en la noche y conflictos dinerarios… Protagonistas: él mismo, el gasolinero y, en la distancia Daniel. Público muerto de risa: los ocupantes del coche. ¡¡Un show, vaya!!
En definitiva, cansados pero contentos, una vivencia compartida más para el enorme saco de los buenos recuerdos.
VISCA EL CRESOL!.
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