Una localidad en la hora de la siesta, un día soleado y apacible y una hora relativamente temprana que transmitía la sensación de pereza pero que, justo a la media hora del comienzo de la representación, dio un vuelco sensacional con la llegada de un público dispuesto y organizado que se auto-instaló las sillas en filas en el local polifuncional y que llenó todas ellas dispuestos a pasar una primera parte de la tarde fenomenal como así fue con la representación de «Tres Forasters de Madrid».

Un escenario amplísimo y con suelo de azulejo provocó dos circunstancias positivas: el disponer de mucho espacio para el desarrollo de la acción y en no tener que anclar las estructuras con lo que el montaje resultó más práctico que de costumbre (aunque las generosas dimensiones hicieron exprimir el ingenio al equipo de montaje capitaneado por José Luis).  Hasta última hora no decidimos instalar luces y es cierto que lo hicimos y lució más que sin ellas. A su cargo, así como al del sonido estuvo el siempre dispuesto José Manuel.

La representación en si fue correcta y estuvo a cargo del «equipo habitual» de esta puesta en escena: Vicent, M.Carmen, Ximo, Daniel, Sheila, Susana, Juanan, Keles y Julio contando la participación femenina con el valioso apoyo de Verónica en maquillaje y peinado (además del reportaje fotográfico que acompaña esta crónica). Y, dentro de la corrección, merece una mención especial nuestro compañero Ximo que tuvo una destacada participación: por un lado por su interpretación más extremada y cómica que despertó las sonrisas del público y por su especial «recreación» del papel en el apartado gastronómico: no hizo una intervención -y tiene varias- sin llevarse a la boca algún bocado que llevaba puntualmente preparado en forma de tentempié, fiambres o directamente bocadillos que nada tenían de atrezzo y sí de consistente mezcla. ¡Realismo puro!

Acabada la representación a las 20,27h (eramos conscientes de la programación festera del pueblo que tenía prevista una procesión popular a las 20,30h a la cual -nos comentaron- toda la localidad asistía por lo que la representación debía acabar antes ineludiblemente) fuimos testigos de uno de los mayores ejercicios de logística popular que hemos visto nunca: en poco más de un minuto el público de Adzaneta nos dedicó su aplauso, algunos de ellos de acercaron a felicitarnos, recogieron sus sillas, las apilaron como si aquello fuera una exposición a la venta y desaparecieron como por encanto no dejando allí ni resto de su presencia. ¡¡Ríase usted de los desfiles militares de Corea del Norte!! ¡Tremenda organización que hizo que a las 20,30h el icono religioso de turno estuviera rodeado de todos sus fieles seguidores!

El día terminó con una animada cena, la última de la temporada de verano, aunque todavía quedan 3 actuaciones hasta final de octubre.

VISCA EL CRESOL!

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