En agosto del año pasado estuvimos en este mismo escenario (buena señal el repetir) y este año nos hemos presentado con un programa nuevo que nos ha dado la oportunidad de representar, por segunda vez este verano «Tres forasters de Madrid». Y respecto a aquella primera la novedad en el reparto la ha protagonizado Belén quien ha recreado una Corina entrañablemente mustia que ha estado a la altura del texto y del grupo. ¡Felicidades! El resto (Mari Carmen, Daniel, Ximo, Vicent, Sheila,Susana, Juanan y Julio) dejaron digno el pabellón en esta comedia en dos actos de Eduardo Escalante.
Fue día largo debido a que la hora de representación era inusualmente tardía (comenzar a las 23h supone un cambio de planes obligado) aunque la cercanía kilométrica a la sede social del grupo lo compensaba. No obstante ni la hora se llegó a cumplir pues el acto festivo inmediatamente anterior era una procesión popular reverencial en extremo por las calles de la localidad y, con la lógica de la inercia, el público iba acudiendo y llenando el recinto «a paso de procesión», con una tranquilidad más propia de una isla caribeña en proceso de amanecer… (El índice de infartos de la localidad por los suelos, oiga usted)
Sobre un escenario gigante montamos una estructura sencilla y práctica (¡bien por las cabezas pensantes y decisorias!) con más pragmatismo que ornamentación, lo cual se agradeció a la hora del desmontaje pues aunque empezamos en viernes, ya el sábado había bien entrado en el momento de los aplausos finales que, dicho sea de paso, fueron muchos. GRACIAS COSTUR.
Por lo que respecta a la representación destacó el oficio de los actores a la hora de administrar el espacio y el tiempo (Pepe, a los mandos técnicos de luz y sonido, puso el contrapunto adecuado) y salvar las inevitables situaciones de enredo en una obra con tantos personajes y salidas / entradas. Destacó Daniel con un acertadísimo histrionismo en su papel de Carmelito que arrancó las risas de un público entendido, generoso y modélicamente callado (quiero pensar que no dormido tras la caminata reverencial que les había tenido entretenidos las horas anteriores. Ronquidos no se oían).
Lógicamente sin la siempre enriquecedora cena posterior (por la hora, ya más propia del chocolate con churros cuasi-matinal) el día acabó con un organizado proceso de cargamento del equipo y el posterior almacenaje en la sede. Entretanto la anécdota de la expedición de vehículos hacia Castellón que contó con la «improvisación» de Juanan quien en una rotonda de alternativas varias optó por «visitar» por sorpresa (para él y aún más para l@s compañer@s a quienes transportaba) la localidad de La Foya. Así, de repente. ¡El ansia de viajar y conocer localidades es la perdición de nuestro querido compañero artístico! Pero no eran horas, Juanan…
Próxima parada, Borriol. VISCA EL CRESOL.
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