«No diga L’Alcora, diga l’estreno». Porque un año más hemos acudidos puntualmente a esta amabilísima y teatralmente entendida población para representar hora y media de comedia. Y, como la cita es anual y puntual, ello nos obliga a estrenar programa. En esta ocasión «El drama de la Bolsería» y «Zels de novençà» que, no obstante haberse representado hace más de dos décadas ha contado con un nuevo elenco de actores. El resultado final (ya lo avanzo) éxito y comunión con el respetable: un año más actores y público salimos divertidos y enriquecidos.
Salimos de Castellón con tanto interés y enfoque teatral que no habían transcurrido los primeros metros en coche cuando se produjo la primera anécdota de la jornada: el coche de nuestro director circulaba raudo, presto y dispuesto pero ¡con la puerta del maletero abierta! La cosa prometía.
Ya en L’Alcora, en el Auditorio de la Caixa Rural, nos encontramos la veintena de expedicionarios con las mismas facilidades de siempre a la hora del montaje (Roberto, compañero alcorí, aquello que les diste sigue haciendo efecto: da gusto ir). Una cuidadísima puesta en escena gracias a la hábil dirección del capo construttore José Luis, hizo que «El drama de la Bolsería» mostrara un impresionante aspecto de tienda comercial digno de la más reputada cadena textil. Y, dentro de él M.Carmen, Vicent, Daniel, María, Keles, Fran, Ana e Isabel montaron un fenomenal «zipizape» que hizo las delicias del público. Gritos, carreras, cuerpoatierras, descaros, gorgoritos y demás provocaron el delirio del público e incluso superaron las expectativas que llevábamos sobre ella. A destacar el papel representado por M.Carmen que como mujer de carácter no tuvo precio. ¿Importará tics a su vida diaria? ¡No, M.Carmen, no! En definitiva: pieza a archivar en el apartado de las «ok».
Posteriormente Fran y Daniel (ambos de nuevo), Juanan, Lola, Tamara y Julio revitalizaron el clásico de Josep Peris Celda con actitud y brio defendiendo una obra llena de matices de aquellas que ganan a medida que sube el número de representaciones. Los siempre presentes nervios del estreno no fueron obstáculo para conducir hasta el final un texto agradecido e, insisto, lleno de matices al cual sin duda se convertirá también en un clásico de nuestro repertorio. A destacar la actuación de Fran, debutando de protagonista, quien imprimió al papel el carácter que requería para recrear un celós-celós-celós de los que más vale apartarse, señoritas.
Y, como logística tan importante como discreta, la presencia de Dori y Verónica en el maquillaje y «acondicionamiento» general (también Verónica se encargó de las fotografías que se adjuntan) y Pepe en el apartado técnico.
Desmontaje rápido… descarga rápìda… aparcamiento rápido en el centro de Castellón… ¡y frenazo a la hora de la cena! No obstante haber reservado en tiempo y forma (repitiendo la forma para asegurar la reserva en un día y un lugar complicados) tuvimos que esperar tanto tiempo que, una vez sentados, devoramos las exquisitas especialidades italianas como si hubiéramos estado perdidos sin víveres una semana en el desierto del Gobi. (Por cierto, gracias Fran por hacer de pre-camarero y tomar la comanda a pie de calle pues ello aceleró después el momento de pedir los platos). Conclusión: gran y buen final de fiesta en un lugar adecuado y bien elegido (aplausos para Lola) donde pudimos acabar de comentar lo vivido. Que, una vez más, fue mucho.
VISCA EL CRESOL
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