El Alto Palancia, y en concreto la localidad de Sot de Ferrer, acogieron, dentro de su programa de fiestas, la actuación de EL CRESOL con dos obras cortas en castellano: «Los Chorros del Oro» y «Farsa y Justicia del Corregidor». Representadas en el local social de la localidad la actuación contó con una importante afluencia de gente atraída por el reclamo de la campaña de teatro para gente mayor auspiciada por la Diputación.
En la primera, «Los Chorros del Oro» pudimos ver a una M.Carmen imbuída del espíritu andaluz de sus ancestros en línea directa: el acento y las ocurrencias del guión hicieron brillante su interpretación a la cual puso el contrapunto maestro nuestro director y primer actor, Vicent, interpretando a un personaje reñido con el agua y la limpieza que ella comporta. La intervención de la pequeña Martina supuso, además de su debut en escenario grande, la frescura de sus movimientos. ¡Bien por ella!.
Y tras un breve descanso y cambio de escenario, volvimos a ver representada la siempre efectiva «Farsa y Justicia del Corregidor». Empezó con el distendido aperitivo artístico-gastronómico que se ofrecieron (sí, lo dicho: no «nos» ofrecieron, sino que se lo auto-ofrecieron) Vicent y José aprovechando los restos de comida estratégicamente guardados de la comida del día anterior. La obra no avanzaba y el resto de actores llegó a pensar que pasaba alguna incidencia… ¡Pero no!, más allá de algún posible empacho indeseado que por supuesto no ocurrió!. Tras semejante cuadro ya los protagonistas están pensando en «regarlo» convenientemente la próxima ocasión. «Para darle realismo»-apuntan.
A partir de ahí se desgranó la acción que contó con la ajustada y sobresaliente interpretación (sabida, repetida y cada vez más recreada) de Daniel, Ximo, Fernando, Víctor y Julio que fue recompensada por el generoso aplauso de un público metido en harina y, como no, entregado a la causa de la comedia.
Una cena en plena calle de la población y la charla amigable y distendida (con algún «punto negro» por gracia, o desgracia, de tener que madrugar laboralmente al día siguiente cuando todo el entorno invitaba a lo contrario) puso el colofón a dos jornadas teatrales intensas en las que las vivencias se han acumulado y el espíritu cresoler crecido, si cabe.
VISCA EL CRESOL.
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