William Shakespeare escribió esta comedia, considerada uno de los clásicos de la literatura mundial, hace más de cuatro siglos y, sin querer pecar de pretenciosos, la versión del Grup de Teatre EL CRESOL de 2015 ha hecho también su historia. Local, bien es cierto, pero a tenor de las críticas recibidas la etiqueta de grupo «amateur» ha alcanzado su máxima expresión. Foros de mayor tradición teatral bien podrían acoger esta versión dirigida y coordinada por Vicent Collado, artífice del éxito.

El Teatre del Raval ha sido escenario (en dos representaciones con lleno total y absoluto, ¡qué gusto verlo así desde el escenario con parte del auditorio aplaudiendo puesto en pie!) de un mundo mágico de fantasía y sueño entremezclado con los amores mundanos y los condicionantes de la época. Junto a ello la bienintencionada representación  de un grupo de actores aficionados dispuestos a poner en escena sobre escena la leyenda de Píramo y Tisbe. Drama y comedia, mundo real y fantasía se van cruzando componiendo un hechizante cuadro digno de la imaginación del irrepetible Shakespeare.

Para el recuerdo esas imágenes de un Raval sin una butaca vacía y con decenas de personas en el exterior que no pudieron gozar del espectáculo… el debut de muchos nuevos cresolers que han sido partícipes de un éxito inapelable… el compañerismo de todos demostrando que en el todo, en el equipo, está la fuerza y el valor… las horas de diseño y preparación de escenarios… el esmero en el vestuario y el maquillaje que pudiera resaltar la actuación bajo esa iluminación cuidada y precisa… la adecuada selección musical que acompañaba la acción… No es posible y no sería justo destacar a nadie en especial pues, en los diferentes cuadros dibujados (el mundo real de los humanos, el mundo imaginario de hadas y duendes, el «peculiar» mundo de los cómicos atenienses) todos y cada uno de los actores ha rozado la excelencia. Pero, si se me permite la licencia y por circuntancias especiales, este humilde redactor querría destacar el sobresaliente resultado conseguido por dos actores que han demostrado su extraordinario espíritu de superación personal: Manu y Álex. (¡lo habéis conseguido, qué grandes!) y por otra persona que por su capacidad de trabajo, compromiso y excelente carácter ha sabido tirar adelante todo el proyecto de recreación de la obra: ¡enorme José Luis, eres un gran tipo!. Junto a ellos los mágicos Francisco, Mar, Andrea, Paloma, Silvia, Daniela, Irene, Neus, Tania, Ana, Desirée, Celeste, Fonsi y Sergio; los humanos Rafa, Lisa, Víctor, Marta, Daniel, Sheila, Martín y Fernando y los bienintencionados atenientes Álex, Juanan, Ignacio, Tony, Sergio y Julio. Y, en la sombra pero brillando Mari Carmen, Dori, Roberto, Pepe, Victoria, Carmen y Iolanda.

Hasta aquí el sueño hecho realidad de un grupo de personas sensibles que forman EL CRESOL y, como dice Puck: «si esta ilusión ha ofendido, pensad, para corregirlo, que dormíais mientras salían todas estas fantasías… Buenas noches digo a todos. Si amigos sois, aplaudid…»

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