Intenso, emotivo, enriquecedor. Son algunos de los adjetivos con los que describir este evento de final de curso que, por la complicidad público-actores y por el esfuerzo y ganas transmitido por estos últimos, ha traspasado la categoría de fiesta para transformarse en vivencia. Una vivencia que hemos compartido los afortunados que en directo hemos asistido a las dos funciones. El viernes con la representación de «Visita al doctor» y una escena de «La casa de Bernarda Alba»… y el sábado con «Sancho Panza en la Ínsula Barataria».
En todas ellas los/las alumnos/as del curso han demostrado que con sacrificio, ilusión y compañerismo todo es posible. Cada cual ha hecho progresos en los meses del curso para demostrar, en el escenario del Centre Cultural Castalia y ante público real (que ¡¡abarrotaba el salón!! incluyendo sillas añadidas al efecto junto a paredes y pasillo) que es posible generar cultura lúdica. Que SI SE QUIERE, SE PUEDE. Que para llegar a emocionar no hay que hacer desplazamientos ni buscar ocasiones especiales. Y el aplauso final que certificaba su «aprobado teatral» hablaba por si mismo.
El final del acto ha consistido en una sensible ceremonia de entrega de diplomas en la que nuestro director, Vicent Collado, se ha felicitado por el grupo conseguido no obstante la heterogeneidad inicial y ha logrado conmovernos al sacar de cada uno de los diplomados la versión más humana y de superación de uno mismo. Verdades envueltas en sencillas, espontáneas y directas palabras: lo que realmente llega a la gente.
La familia cresolera ha crecido, hoy, en número pero también en vivencias compartidas. Todo un lujo en los tiempos que corren.
VIXCA EL CRESOL.
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